Término anglosajón, por el que se designa una modalidad de seguro de vida en la que el receptor asume el riesgo de una inversión, ya que la indemnización a percibir dependerá de la rentabilidad de los productos financieros a los que se vincule el seguro.
Estos productos están bajo la supervisión de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones.