En este artículo vas a descubrir los entresijos de uno de los medios de pago más seguros que existen: el cheque bancario.
El cheque bancario es un mecanismo que tienes a tu alcance para negociar tanto los cobros como los pagos que debas realizar. Tiene unas características especiales que lo hacen recomendable para determinadas situaciones. ¿Cómo solicitarlo? ¿Cuántos tipos hay cuál me conviene establecer? ¿Es muy caro este servicio bancario?
Vamos a tratar todo esto y más para que tengas claro cómo funciona y si te conviene utilizarlo.
¿Qué es un cheque?
Un cheque es un documento que se utiliza como medio de pago al contado (es decir, a su presentación, el cheque debe cobrarse). Aunque en la actualidad existen otros mecanismos que han ido cobrando protagonismo y desplazando al cheque, es una de las formas para realizar pagos sin necesidad de tener el dinero en efectivo más tradicionales y seguras.
En el cheque figura la persona que lo emite con su firma. Esta persona, solicita a su banco que pague una determinada cantidad de dinero a otra persona (puede ser física o jurídica).
En realidad, todos los cheques son operaciones con la banca, puesto que la persona que debe cobrarlo tiene que acudir a la entidad bancaria. Sin embargo, también puede realizar esta gestión en su propio banco (el banco cobra el cheque y lo ingresa en la cuenta corriente del cliente).
Así pues, cuando utilizamos un cheque como medio de pago, siempre intervienen tres agentes (como mínimo). Estos son los elementos personales de un cheque:
- El librador: es la persona que expide el cheque, debe firmarlo.
- El librado: es siempre la entidad bancaria que paga el importe del cheque (lógicamente, lo descuenta de los fondos que pueda tener el librador en su cuenta corriente).
- El beneficiario: también es llamado el “tenedor” y, como su nombre indica, es la persona que tiene derecho a cobrar ese cheque.
Existen muchos tipos de cheques, pero en este artículo nos centramos en uno de ellos: el cheque bancario.
¿Qué es un cheque bancario?
Tal y como estábamos comentando, un cheque bancario es un tipo de cheque. Su particularidad es que, en este caso, el librador (la persona que emite el cheque) es la propia entidad bancaria quien se encarga de pagarlo. En otras palabras, coinciden librador y librado.
La persona (recordemos, una persona puede ser física o jurídica) que expide y firma el cheque es un banco. A su vez, es la persona encargado de pagarlo.
Normalmente, el banco emite el cheque como un servicio. Lógicamente, la entidad bancaria obtiene los fondos para pagar el cheque de la persona que solicitó el servicio.
Por ejemplo, un particular o una empresa puede solicitar un cheque bancario para realizar un pago. De esta manera, es la propia entidad la que emite el cheque (lo cual le aporta más firmeza y seguridad). Sin embargo, la entidad bancaria le solicita el dinero (los retiene, actúa contra su cuenta, etc.).
¿Cuántos tipos de cheques bancarios existen?
Partiendo de la base de que un cheque bancario no deja de ser un cheque normal y corriente, con la particularidad de que es una entidad bancaria la que actúa como librador y librado, admite prácticamente todos sus subtipos:
- Cheque bancario cruzado: a este tipo de cheques se les conoce porque tienen dos líneas diagonales paralelas que “cruzan” el documento. Estas líneas significan que el cheque no se puede cobrar en efectivo, únicamente es para abonar en una cuenta corriente. El beneficiario no tiene más remedio que ingresar el cheque en su entidad bancaria y esta se encargue del cobro, ingresando el dinero en su cuenta corriente. Se utilizan para evitar los riesgos de pérdida o robo. En ocasiones, se sustituyen las líneas diagonales por la expresión “Abonado en cuenta”.
- Cheque bancario nominativo o personal: este tipo de cheques bancarios se expiden a nombre de un beneficiario en particular. Sólo puede cobrarlo esa persona.
- Cheque bancario al portador: puede cobrar el cheque cualquier persona que lo presente.
- Cheque a la orden: normalmente los cheques suelen ser “a la orden” si no se indica lo contrario. Significa que se permite su endoso. Es decir, el beneficiario puede transmitir el cheque para que lo cobre otra persona.
- Cheque no a la orden: si el documento tiene insertada esta frase, significa que se impide el endoso del cheque. El beneficiario no puede transmitirlo para que lo cobre otra persona.
- Cheque contra la cuenta del Banco de España: en este tipo de cheques bancarios no coinciden el librador y librado. El librador, quién emite el cheque, sigue siendo una entidad bancaria. Sin embargo, el librado, el que paga el cheque es el propio Banco de España. Se utiliza para reforzar al máximo sus garantías de cobro.
- Cheque conformado: este tipo de cheques se caracterizan porque el librador, el banco, avala que el emisor tiene fondos suficientes para poder cobrarlo (se ha encargado de retener los fondos). En los cheques bancarios, al coincidir librador y librado, no tiene mucho sentido.
¿Cómo solicitar un cheque bancario?
Para solicitar un cheque bancario, sencillamente, deberemos ponernos en contacto con la entidad bancaria que actuará como librador. No hace falta tener una cuenta bancaria con la entidad que expide el cheque para poder utilizar este servicio. Pueden expedirlo en el mismo momento.
En realidad, solicitar un cheque bancario no es tan caro, suele ser uno de los servicios más baratos que existen, puesto que el banco previamente tomará las medidas para no asumir riesgo (retendrá los fondos).
¿Merece la pena utilizarlos?
Los cheques tienen varias ventajas, comenzando porque facilitan la circulación del dinero y el tráfico comercial. Pero también se utilizan por la seguridad en el cobro. Están amparados por la Ley Cambiaria y del Cheque.
En caso de impago, se trata de documentos ejecutivos, en los cuales el acreedor tiene una serie de mecanismos jurídicos para actuar contra el deudor.
Por ejemplo, el acreedor no necesita más documentación que la propia que acredite el impago, del mismo modo que tiene acceso a otro tipo de procedimientos civiles más rápidos y severos, como el juicio cambiario.
Pese a todo ello, las garantías de cobro pueden aumentar. En los cheques bancarios se reduce drásticamente el riesgo de no poder cobrarlos por falta de fondos, puesto que es la entidad bancaria el emisor y, en este caso, sería el acreedor en caso de impago.
No obstante, puede ser un servicio más caro que la utilización de cheques ordinarios. Si tu pregunta es si merece la pena la utilización de un cheque bancario versus uno ordinario, lo cierto es que todo depende de la seguridad que inspire la persona que debe pagarlo.
En operaciones comerciales internacionales cobra mayor sentido. No obstante, si tienes que recibir un cobro y quieres tener mayor seguridad, puedes negociar el cheque bancario como mecanismo de pago.
Si te ha quedado alguna duda en Credexia estaremos encantados de aconsejarte. Nuestro equipo profesional tiene una experiencia y un conocimiento impecables. No dudes en contactarnos y resolveremos juntos desde el primer momento.
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