Muchas veces te hablan de productos financieros en los bancos, pero puede que desconozcas que son y cómo funcionan.
Cuentas de ahorro, préstamos, depósitos a plazo fijo, hipotecas, tarjetas de crédito…. todos estos son productos financieros que puedes conseguir en un banco.
Un producto financiero muy interesante pero, quizás, poco conocido, es la línea de crédito. Hoy te vamos a explicar de qué se trata y en qué ocasiones te puede ser útil disponer de ella.
¿Qué es una línea de crédito y cómo funciona?
Una línea de crédito es un producto financiero muy similar a un préstamo y una tarjeta de crédito unidos. No es un préstamo al uso; tampoco es una tarjeta de crédito, pero tiene similitudes con los dos.
En este producto, el banco que te da la línea de crédito, pone a tu disposición un importe en una cuenta durante un periodo de tiempo concreto. Y eres tú el que gestiona ese dinero. Puedes tomarlo cuando mejor te convenga:
- Es similar a un préstamo en el sentido de que tienes un dinero a tu disposición, pero no tienes por qué usarlo todo a la vez: puedes ir sacando (y devolviendo) dinero según te convenga.
- Se le parece a una tarjeta de crédito, porque el banco solo te cobra intereses por el dinero que usas, pagando por el número de días que usas ese dinero. Como en el caso de las tarjetas, también te cobran una comisión por mantener abierta esa cuenta con el importe durante el periodo que hayas acordado, dependiendo de las condiciones sobre las líneas de crédito de la entidad.
Las diferencias con el préstamos es que en el préstamo te dan todo el dinero de golpe, y lo vas devolviendo mes a mes, incluyendo los intereses, según las condiciones que hayas pactado con el banco. En la línea de crédito pagas según la cantidad de dinero que uses y el tiempo que determines.
Ejemplo sobre el funcionamiento de una línea de crédito
Vamos a poner un ejemplo para aclarar cómo funciona exactamente una línea de crédito. Imaginemos que abres una línea de crédito con tu banco de 5.000€ durante un año. Tú dispondrás de este importe durante los próximos dos años, y deberás manejar el importe cómo lo necesites. Supongamos que abres la línea de crédito en mayo de 2020: dispondrás del importe hasta mayo de 2021.
Imaginemos que el 15 de mayo necesitas dinero para pagar una reparación del coche: son 500€: en tu línea de crédito quedarán 4.500€. El 31 de mayo cobras tu salario y devuelves ese importe, ingresando 500€ a la línea de crédito, como si de una cuenta bancaria se tratara.
Deberás pagar los intereses correspondientes a los 500€ que has tenido durante 16 días (normalmente te pasarán un recibo a comienzo de mes, aunque depende de las condiciones que hayas pactado). Así podrás ir disponiendo del importe pactado a tu antojo, hasta mayo de 2021.
Eso sí, nunca podrás disponer de más importe del indicado. A la hora de cerrar la línea, el importe que tiene que haber es de 5.000€.
¿A quién va dirigida esta línea de crédito?
El público de las líneas de crédito son, por lo general, pymes y autónomos. Una pyme puede necesitarla para pagar las nóminas del mes y luego cubrir la línea de crédito cuando los clientes de la pyme paguen sus facturas.
En el caso de los autónomos, también puede ser útil para pagar su cuota de la Seguridad Social y restituir el importe cuando cobre sus facturas.
Como ves, una línea de crédito tiene condiciones más flexibles, por lo que es un mejor producto siempre y cuando se use para casos puntuales.
¿No estás seguro de si una línea de crédito puede ser la solución a tu problema de financiación? En Credexia podemos ayudarte y asesorarte sobre si es una opción eficaz en tu caso. Consúltanos o utiliza nuestro comparador bancario para encontrar el producto que mejor se adecúe a tus necesidades.
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