¿Necesitas un coche pero la compra no es a priori una opción para ti? Entonces debes saber que existen en la actualidad opciones como el renting o el leasing que se han establecido como alternativas a la compra tradicional. Te contamos en qué consiste cada tipo de contrato y cuáles son sus principales características.
Renting: alquiler a largo plazo
El renting es un contrato financiero por el cual la empresa alquila el vehículo a otra empresa o particular por un tiempo largo a cambio del abono de unas cuotas. El coche será siempre administrado por la compañía de renting en cuestión, quien también detentará su propiedad y titularidad. Además de lo mencionado, el renting presenta las siguientes características:
- No hay mínimo ni máximo de duración. Normalmente se sitúa alrededor de los 60 meses.
- El gasto total es cerrado, se tiene una previsión del gasto de principio a fin, independientemente de variaciones como la inflación o tipos de interés.
- Incluye todos los servicios vinculados con el uso y disfrute del coche: impuestos, matriculación, seguro, servicio de asistencia del coche, impuestos, mantenimiento preventivo y reparaciones mecánicas, gestión de multas, etc.
- La empresa de alquiler se encarga de todas las gestiones, incluida la gestión de flotas.
- El valor residual del coche será el del precio del vehículo en el mercado de segunda mano en el momento de finalización del contrato y en función del equipamiento, antigüedad del coche y kilometraje.
Leasing: alquiler con derecho a compra
Al igual que el renting, el leasing también es un contrato financiero por el que una empresa cede el uso de un coche a una empresa o particular durante un lapso de tiempo determinado a cambio de unas cuotas periódicas. La diferencia reside en el hecho de que, al acabar el contrato, el arrendatario tendrá la opción de comprar el coche pagando el valor residual o, por lo contrario, devolverlo.
Así pues, como el cliente tiene derecho a compra, será él el encargado de administrar el coche, y la titularidad del vehículo – no la propiedad – será también suya. A parte de las ya apuntadas, el leasing se caracteriza por lo siguiente:
- Duración mínima legal de dos años.
- El gasto total no se puede prever, ya que el cliente no puede saber de antemano las averías o imprevistos que pueden surgir a causa del uso habitual.
- No incluye ningún servicio, únicamente la financiación del vehículo.
- El arrendador deberá encargarse de todas las gestiones del coche (matriculación, pago de impuestos, gestión de las reparaciones y revisiones, etc.), incluida la gestión de flotas.
- El valor residual es bajo.
Entonces… ¿Cuál es la mejor opción?
Tras contemplar las características de ambas opciones, podemos afirmar que la decantación por una opción a otra dependerá mucho de tus objetivos. Si te planteas comprar un coche aunque sea a largo plazo, definitivamente el leasing será tu mejor alternativa, pero si la compra de un vehículo es algo que en absoluto planteas, mucho mejor que optes por el renting.
Es cierto que, al incluir todo tipo de servicios, las cuotas del renting son más caras en comparación al leasing, pero debes tener en cuenta que con la segunda opción tú serás responsable de gestionar y abonar todas las reparaciones derivadas del uso del vehículo algo que, además de que mantenerte siempre pendiente y alerta, te puede resultar más caro a la larga.
Si estás pensando en realizar un renting o leasing y necesitas asesoramiento sobre las mejores opciones del mercado, en Credexia podemos ayudarte. ¡Contáctanos!
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