Qué productos financieros serán tus mejores aliados si quieres ahorrar

Productos financieros de ahorro, ¿qué son?

Como bien su nombre indica, son productos financieros cuya finalidad es acumular el dinero que vamos ahorrando mes a mes a cambio de recibir un beneficio en forma de intereses. Este tipo de productos son perfectos aliados para mantener nuestro poder adquisitivo, ya que el tipo de interés que ofrecen es realmente similar a la inflación. 

Generalmente, encontramos dos tipos de productos de ahorro: las cuentas de ahorro y los depósitos a plazo fijo. A continuación os hablaremos sobre estas dos opciones y las características que presentan. 

Cuentas de ahorro

Las cuentas de ahorro son una tipología de cuenta bancaria que da cierta rentabilidad en forma de abono de intereses por el capital que depositas en el banco. Este tipo de cuentas se consideran un buen vehículo de inversión en la situación económica actual, ya que son un producto sencillo, fácil de comprender y seguro. 

Las principales características que presentan son las siguientes:

• Puedes disponer de tu dinero en cualquier momento sin tener que abonar ningún tipo de penalización. Esto significa que, en caso de que tengas alguna emergencia o gasto extraordinario, podrás hacerle frente de forma inmediata y sin trabas. Además, esta facilidad para disponer de tu dinero, también te ofrece la posibilidad de comparar ofertas, buscar las mejores y mover tu dinero cuando quieras a una cuenta más atractiva. 

• En su mayoría, son cuentas sin comisiones, tanto de apertura como de mantenimiento. 

• No exige unos ahorros mínimos, lo que implica que cualquier comprador, por mínimos ahorros que tenga, podrá contratar una oferta. 

• Su fiscalidad es muy sencilla y únicamente afecta a las ganancias obtenidas. 

Depósitos a plazo fijo

Un depósito bancario a plazo fijo es un producto de ahorro en el cual el usuario deposita una determinada cantidad de dinero en la entidad bancaria a cambio de que ésta se lo devuelva con intereses tras un período de tiempo acordado anteriormente por ambas partes. Al igual que las cuentas de ahorro, son productos seguros, ya que te permiten sacar rentabilidad a tus ahorros sin necesidad de arriesgarse. 

Se caracterizan por los siguientes puntos:

• Tu dinero estará disponible cuando lo necesites, aunque deberás pagar una penalización por ello. Este “castigo” por disponer de tus ahorros antes del plazo acordado, deberá figurar obligatoriamente en el contrato y nunca podrá superar a los intereses brutos que el banco haya pactado pagar a su cliente. 

• La rentabilidad se mantiene estable durante toda la vida del producto. Es decir, que siempre vas a poder saber con antemano el dinero exacto que vas a ganar por invertir tus fondos, sin ningún tipo de sorpresa ni cambio.

• Tienen un vencimiento que ha sido previamente acordado entre el banco y el cliente. Aún y así, es necesario que estés atento cuando llegue ese día, ya que la renovación puede producirse de forma automática y, en caso de que no desees continuar con este producto, deberás avisar a tu entidad bancaria para que lo cancele. 

• Tiene una tributación sencilla.

Así pues, tras haber leído este post podemos concluir que, pese a ser dos productos bastante similares, las cuentas de ahorro estarían principalmente dirigidas al ahorro a corto plazo, mientras que los depósitos a plazo fijo es para capital que queremos guardar a medio-largo plazo.
Si estás pensando en contratar un producto financiero de ahorro y necesitas asesoramiento, contacta con nuestro equipo. Nuestra red de profesionales sabrá aconsejarte adecuadamente y acorde a tus circunstancias y necesidades.