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Tarjetas revolving: qué son, qué condiciones y peligros tienen

tarjetas revolving

Las tarjetas revolving son una modalidad de tarjetas de crédito. Es necesario que conozcas bien este producto, puesto que un crédito mal utilizado puede ser peligroso.

Entre todos los productos de financiación que tenemos a nuestro alcance, cada cual tiene una función específica. Así pues, no es factible pedir un préstamo personal a tres años para financiar nuestras compras ordinarias.

Del mismo modo, no es recomendable utilizar un producto diseñado para el corto plazo (como las tarjetas revolving) para comprar un coche, un electrodoméstico o cualquier bien duradero.

Lo que pretendemos decir es que cada producto financiero tiene sus ventajas e inconvenientes; es útil para según qué situación y necesidad.

Las tarjetas revolving se caracterizan porque nos permiten aplazar las compras de nuestro día a día. Son productos diseñados para nuestros gastos operativos; flexibles, cómodos y eficaces.

Sin embargo, también tienen un coste (que es superior a otros productos financieros) y, si no se utilizan correctamente, pueden hacernos perder el control de nuestras finanzas personales.

Para que esto no te ocurra y sepas cómo contratar y utilizar el producto financiero que más te conviene en cada momento, en Credexia te explicamos todo lo que necesitas saber acerca de las tarjetas revolving.

¿Qué son las tarjetas revolving?

Las tarjetas revolving son un tipo de tarjetas de crédito. Mejor dicho, “revolving” es un tipo de crédito que se instrumenta a través de una tarjeta (la tarjeta le da soporte al crédito).

Un crédito revolving es aquel que se va renovando conforme se van pagando los importes pendientes, con un límite establecido

Una tarjeta, por sí misma, es un instrumento de pago: un producto financiero útil para atender a las finanzas operativas (los gastos corrientes). Cuando la tarjeta es de crédito, las compras pueden financiarse, aplazando el pago de las mismas.

El propio titular de la tarjeta es quien decide cómo pagar las compras realizadas a través de su tarjeta de crédito. Puede escoger entre realizar un pago total a final de mes (normalmente sin intereses) o bien fraccionar el importe dispuesto en varias mensualidades.

Las tarjetas revolving son las que establecen un modo de pago aplazado de forma automática: el importe dispuesto de la tarjeta de crédito se fracciona para pagar en varias mensualidades.

De esta forma, al utilizar un crédito revolving, pagas las compras realizadas en cómodos plazos. Pero, eso sí, se te aplica un interés. Representan un crédito al consumo en todos los casos, en contra de las tarjetas de crédito ordinarias, las cuales permiten el pago de las cantidades dispuestas en una única cuota a final de mes.

Los intereses suelen venir especificados en el propio contrato de la tarjeta. Son un elemento al cual debes prestar especial interés al buscar y comparar este tipo de productos financieros.

¿Cómo funcionan las tarjetas revolving?

Cada vez que se realiza un pago con una tarjeta revolving, el dinero no se carga automáticamente en la cuenta corriente, tan siquiera se deberá abonar a final de mes.

El pago del crédito dispuesto se realiza en cuotas mensuales y el usuario tiene dos opciones para abonarlo:

  • Un porcentaje del saldo pendiente: esta modalidad de pago presupone que las cantidades mensuales a pagar no son siempre las mismas. Puede escogerse un determinado porcentaje, entre unos límites que impone la entidad (por ejemplo, entre un 3% y un 25%). En función del crédito dispuesto y del porcentaje escogido, los importes pueden variar.
  • Una cuota fija: en este caso sí que se abona una cuota mensual fija, independientemente de cuál sea el importe del crédito dispuesto. Puede escogerse el importe a pagar entre un rango que permite la entidad emisora (por ejemplo, entre 20 € y 200 €).
condiciones de las tarjetas revolving

Hay que tener presente que, en ambos casos, el pago de las cuotas incluye una parte de intereses y otra a amortización del saldo pendiente de pago.

Cada vez que se realiza una amortización y se devuelve dinero, el límite de crédito se reestablece y vuelve a estar disponible.

Al margen de los intereses, como cualquier tarjeta de crédito, las tarjetas revolving pueden tener comisiones:

  • Comisión por emisión de la tarjeta.
  • Comisión anual por mantenimiento.
  • Otro tipo de comisiones (por cambio de divisa, por reclamación de posiciones deudoras, por disposición de efectivo, etc.).

¿Cuáles son los riesgos de las tarjetas revolving?

El verdadero problema de las tarjetas revolving es que suponen un alto coste en comparación con otros productos de financiación. Por este motivo, el usuario debe hacer un uso responsable de las mismas.

Los costes y comisiones que se aplican pueden pasar desapercibidos, porque se trata de un producto aparentemente sencillo, accesible a todo el mundo.

Al representar una forma de pago cómoda para los gastos corrientes, puede darse el caso de que nuestro consumo se potencie. Se trata de un crédito recurrente (el dinero vuelve a estar disponible cuando se amortiza).

Sin embargo, siempre quedará una parte por pagar que sigue generando intereses. Es más, los intereses suelen ser elevados (pueden ser del orden de un 20% TAE).

Es importante que busques y compares entre las mejores ofertas de tarjetas revolving, porque estos productos pueden aplicar intereses que en algunos casos son abusivos

El verdadero riesgo de las tarjetas revolving es perder el control y entrar en una espiral de pagos.

Si se utiliza de un modo adecuado, puede ser un instrumento útil, flexible y cómodo (estas características justifican que sea más costoso que un préstamo personal u otro tipo de financiación).

Algunos consejos para utilizar una tarjeta revolving

  • No utilices tu tarjeta de crédito (y mucho menos si es un crédito revolving) para todas tus compras. Lo ideal es que tengas un presupuesto mensual y te amoldes a él.
  • No adquieras deudas innecesarias. Es muy fácil gastar dinero sabiendo que se devolverá en cómodos plazos, pero este crédito se debe devolver con intereses.
  • Utiliza todas las notificaciones que te proporciona la app de tu banco. Ten siempre tu dinero bajo control.
  • Cuidado con el PIN y otras claves, no las anotes en ningún sitio.

Las tarjetas revolving, al igual que el resto de productos financieros, bien contratadas y bien utilizadas, no tienen por qué representar un problema.

Es más, en muchos casos están para ayudarnos. Por este motivo, es necesario que te mantengas siempre al día con la información que te ofrecemos en Credexia.

Si te ha quedado alguna duda o necesitas ampliar información antes de contratar un producto financiero, pregúntanos. Somos especialistas y te guiaremos para tomar la decisión más acertada para tus necesidades.

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