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Guía para elegir el Préstamo Rápido adecuado
Los préstamos rápidos son una solución ideal para atender esos imprevistos económicos de los que nadie está exento.
Descubre cómo contratarlos con total eficacia.
A la hora de conseguir financiación, es preciso realizar un proceso de solicitud, estudio, aprobación, contratación, etc. Este procedimiento provoca que el dinero no esté disponible todo lo rápido que nos gustaría.
Es decir, resta agilidad a la operación de préstamo. Para solventar estos inconvenientes, con vistas a aquellos que necesiten una respuesta económica acelerada, se crearon los préstamos rápidos: estos productos financieros permiten conseguir financiación de una forma prácticamente inmediata.
Los préstamos rápidos son el producto adecuado para las necesidades financieras urgentes
No se deben confundir los préstamos rápidos con los mini préstamos, si bien ambos tipos de productos comparten la característica de que pueden concederse en períodos de tiempo reducidos.
Sin embargo, existe una diferencia importante entre ambos: los mini préstamos, como su nombre nos indica, se conceden por cantidades inferiores a las que se podrían obtener mediante un préstamo rápido.
En efecto, los préstamos rápidos se asemejan un préstamo personal ordinario (con sus correspondientes salvedades), con la particularidad de que reducen el procedimiento de concesión.
Esta característica propicia que puedan ser considerados un producto financiero independiente.
Por otra parte, podríamos encuadrar a los mini préstamos como un subtipo de préstamos rápidos. Los préstamos rápidos constituyen una fuente de financiación de las muchas que hay (préstamos personales corrientes, mini préstamos, préstamos hipotecarios, préstamos preconcedidos, créditos a plazos, préstamos online, etc.).
Es tarea del usuario valorar cuál es el producto financiero que mejor se adapta a sus necesidades, comparar entre las mejores ofertas del mercado y, en caso necesario, emprender una negociación con la entidad.
Para hacerte más fácil estas tareas, en Credexia te ofrecemos toda la información que precisas para decidir y acertar.
¿Qué son los préstamos rápidos?
Un préstamo rápido es un préstamo personal con unas particularidades que le convierten en un producto financiero con sustantividad propia: permite conseguir financiación en un plazo de tiempo más reducido que un préstamo ordinario.
En otras palabras, la agilidad y la urgencia son sus notas diferenciadoras. Puede parecer únicamente una práctica comercial, es decir, entregar el dinero lo más rápido posible para ganar competitividad en el mercado de préstamos.
Sin embargo, esta característica los convierte en fuentes de financiación con unas condiciones diferentes.
Los préstamos rápidos son productos financieros con unas condiciones propias que permiten conseguir dinero en tiempos reducidos.
El hecho de que la solicitud se tramite y se apruebe en cuestión de horas, de por sí implica que la documentación a entregar y las exigencias por parte de la entidad prestamista se reducen.
Así pues, el riesgo de los prestamistas es más elevado y, por lo tanto, los costes de financiación de los préstamos rápidos también pueden ser superiores (suelen tener un mayor interés que los préstamos personales corrientes).
Los importes a prestar y plazos para la devolución también se encuentran más limitados (sin llegar a las pequeñas cantidades ofrecidas por los mini préstamos).
El esquema jurídico no varía de lo que es un contrato de préstamo personal: la entrega de una suma de dinero por parte de una entidad, que actúa como prestamista, a un cliente (el prestatario, con su garantía personal) y la posterior devolución de la cantidad prestada, más los intereses devengados, en un plazo acordado.
Las características propias de los préstamos rápidos son:
- Una tramitación muy rápida: el dinero puede estar disponible en un plazo de entre 15 minutos y 48 horas.
- Las exigencias son más livianas: las entidades no suelen valorar todos los recovecos de la situación financiera del cliente, con demostrar una mínima solvencia es suficiente. Esto también propicia que la documentación a aportar sea menor y el proceso de contratación más sencillo.
- Cantidades más reducidas: normalmente, las entidades prestatarias no suelen conceder más de 5 000 € mediante esta fórmula de financiación.
Con un préstamo rápido el dinero puede estar disponible en un plazo que oscila entre los 15 minutos y las 48 horas
Generalmente, los procesos para el estudio y concesión de préstamos rápidos se encuentran automatizados (sobre todo cuando se contratan los préstamos rápidos online).
El solicitante puede obtener una respuesta fuera de lo que sería el horario comercial.
¿Cuántos tipos de préstamos rápidos hay?
Anteriormente hemos mencionado que los mini préstamos son un subtipo de préstamos rápidos, al igual que los préstamos rápidos podrían encuadrarse dentro de los préstamos personales.
Esto no supone ningún embrollo financiero, simplemente se trata de una fórmula de financiación básica: el contrato de préstamo (con la garantía personal del deudor) con diferentes matices.
Existen fuentes de financiación que permiten conseguir dinero urgente, no todas ellas se corresponden con un préstamo rápido y tienen otro tipo de condiciones.
Lo que diferencia a unos préstamos de otros son sus particularidades propias, aquellas que provocan que las entidades financieras deban diseñar una oferta específica para cada tipo de préstamo.
De esta forma, se convierten en productos diferentes. Así pues, si el cliente no tiene la urgencia necesaria para conseguir financiación, puede optar por otra fuente, como serían los préstamos personales convencionales.
De esta forma ahorraría en costes, puesto que estos productos suelen tener un interés menor. Lo que pretendemos expresar con todo esto es simplemente que cada producto tiene su finalidad, características, condiciones, ofertas en el mercado.
En el caso de los préstamos rápidos, existen varios instrumentos que nos permiten conseguir financiación de forma ágil, por ejemplo:
- Mini créditos: esta opción sólo permite conseguir cantidad es que oscilan entre los 300 € y los 1 000 €. Su tramitación es sencilla y rápida.
- Créditos al consumo: es el tipo de financiación que nos ofrecen las entidades comerciales (Día, Carrefour, El Corte Inglés, etc.) por las compras de productos en sus establecimientos. Se concede el mismo día, pero la financiación está supeditada a la compra en sus propios establecimientos.
- Líneas de crédito: permiten financiación rápida. Sin embargo, son otro producto financiero diferente a un préstamo (otra fórmula jurídica). Los créditos están diseñados para la operativa financiera de corto plazo. No se pagan cuotas, sólo por el dinero dispuesto, pero los intereses pueden ser superiores y pueden tener otros tipos de comisiones y costes. Las líneas de crédito pueden instrumentarse en tarjetas.
- Préstamos preconcedidos: estos productos financieros son ofrecidos por las entidades a los que están considerados como buenos clientes. Las entidades ofertan un préstamo con unas condiciones determinadas, que se encuentra disponible para cuando el cliente se decida a contratarlo. Cuando llegue ese momento, como todo el trabajo está hecho, sólo se procede a la firma del contrato; con lo cual el dinero se pone a disposición del prestatario muy pronto. Para conseguir un préstamo preconcedido es necesario tener una alta solvencia y contar con un historial intachable con la entidad prestamista.
- Anticipos: os anticipos son ventajas que proporcionan algunos bancos tras la contratación de una cuenta bancaria. Consiste en la concesión de un préstamo a muy corto plazo por una cantidad que equivale a los ingresos mensuales del cliente (o un porcentaje de los mismos). Suele ser habitual tener domiciliada una nómina u otra fuente de ingresos regulares en la cuenta bancaria para que este tipo de financiación sea concedida.
¿Cómo contratar un préstamo rápido?
Un préstamo rápido puede ser una buena solución financiera para algún gasto puntual o imprevistos que puedan surgir.
Debido a la urgencia que tiene el cliente en este tipo de situaciones, no se suelen mirar bien todos los elementos, requisitos, proceso de búsqueda de las mejores ofertas y, en definitiva, todas aquellas cuestiones que permiten una contratación eficaz.
No nos dejemos llevar por la urgencia, todos los elementos de un préstamo rápido deben ser tenidos en cuenta a la hora de contratar
Para que esto no te suceda, te mostramos cómo puedes contratar un préstamo rápido como un profesional de las finanzas.
Determinar la cantidad y el plazo de devolución
Parece una cuestión simple, sin embargo, conviene pararse a pensar qué cantidad exactamente necesitamos y si podemos renunciar a un porcentaje de la misma (en caso de que nos pongan trabas o consideremos que los costes del préstamo son muy altos).
En función de la cantidad solicitada, debemos determinar en qué plazo podemos hacer frente al préstamo sin que nuestras finanzas personales se vean comprometidas.
Los intereses totales a pagar están en estrecha relación con estos dos conceptos (algunas comisiones también representan un porcentaje del importe solicitado).
Es necesario adecuarlos a nuestras necesidades financieras reales.
Determinar de un modo preciso y realista la cantidad a solicitar y el plazo adecuado para una cómoda devolución
Comprobar si cumplimos los requisitos necesarios
Aunque no suelen ser muchas, existen ciertas exigencias para la concesión de un préstamo rápido.
Debemos comprobar si cumplimos con las premisas fundamentales y cuidar de mejorar nuestra situación de solvencia para los casos en los que tengamos que solicitar financiación urgente.
Más allá de la capacidad para contratar, que se presupone si el prestatario es mayor de edad y no se encuentra judicialmente incapacitado, la premisa fundamental para que cualquier tipo de préstamo nos sea concedido es tener una capacidad de devolución del dinero.
En este caso, al tratarse de importes menos elevados, el acceso a la financiación resulta más sencillo (y por ello es más rápido). En cualquier caso, se deberá demostrar unos ingresos regulares (nómina, pensión, etc.).
En los préstamos rápidos, los requisitos suelen ser mínimos
El tener deudas impagadas es motivo de denegación del préstamo. Por este motivo, el solicitante no debe figurar en ningún fichero de morosos, tal como ASNEF.
Existen entidades de mini préstamos que conceden una pequeña cantidad a clientes que se encuentran inscritos en estas listas, pero no es la política general del sector.
Cuidado con figurar en ASNEF u otros ficheros de morosidad
Por lo demás, el solicitante debe ser residente en España (lo cual se justifica con una simple copia del DNI, NIE o pasaporte).
Comparar ofertas de préstamos rápidos
Una vez se ha determinado el importe que queremos contratar y el plazo para su devolución, para valorar las diferentes ofertas antes de proceder a la contratación de un préstamo rápido, se debe atender a los costes que nos supone.
El usuario tiene derecho por ley a conocer todos los costes y condiciones de la oferta (en el documento INE viene todo recogido
Los costes pueden venir por diferentes conceptos:
Intereses
Es el coste financiero de la operación. Podríamos determinar el interés como el precio del dinero, es decir, el precio que se paga por obtener un dinero que no se tiene.
Representa el beneficio para el prestamista y el objeto de su negocio. Se expresan como un porcentaje aplicado sobre el capital prestado pendiente de devolver.
Para valorar el interés, el cliente debe prestar atención al TIN (Tipo de Interés Nominal), puesto que es el interés que paga propiamente dicho.
Además, la fórmula de la TAE (Tasa Anual Equivalente) tiene en cuenta otros costes y el plazo de amortización; este cálculo es útil para comparar ofertas en el mercado de préstamos rápidos.
Los intereses totales a pagar están en función del nominal del préstamo (la cantidad solicitada) y el plazo de amortización. De ahí la importancia de determinar estos dos conceptos con precisión.
Comisiones
Las comisiones son los honorarios aplicados por un servicio efectivo ejecutado por la entidad de crédito en relación con la operación de préstamo rápido.
Son perfectamente negociables y podemos encontrar ofertas muy dispares en este elemento.
Las comisiones más comunes de un préstamo rápido (al igual que en todo préstamo personal) son:
- Comisión de apertura: son los gastos generados como consecuencia de la formalización del préstamo. Suele ser también en forma de porcentaje, calculado sobre la cantidad dineraria concedida.
- Comisión de estudio: la comisión de estudio, como su nombre indica, es la relativa a los gastos de análisis de solvencia del cliente. Entraría dentro de este estudio las condiciones de la oferta que la entidad de crédito está dispuesta a ofrecer.
- Comisión por cancelación anticipada: el hecho de liquidar todo o parte del capital solicitado antes del vencimiento supone que la entidad deja de percibir los intereses correspondientes a ese tiempo que media. La comisión por cancelación anticipada es una compensación por ese dinero que se deja de cobrar. Normalmente, cuanto menor sea la fecha de vencimiento, más baja será esta comisión.
En caso de incumplimiento de las obligaciones de pago por parte del cliente, la entidad puede solicitar una comisión por reclamación, más los correspondientes intereses de demora.
No obstante, estas comisiones no entran dentro del cálculo de la TAE puesto que, por sí mismas, no representan un coste del préstamo rápido.
Se trata de un coste relacionado con un posible impago de las cuotas periódicas.
Los intereses y comisiones son los costes principales de los préstamos rápidos
Rellenar el formulario de solicitud
Toda solicitud de préstamo rápido comienza con la entrega de un formulario en el que se aporta la información necesaria, que después puede ser apoyada por el envío de la correspondiente documentación.
El proceso de contratación puede ser vía online o no. En cualquier caso, un formulario de solicitud de préstamo rápido suele constar de los siguientes elementos:
- Cantidad solicitada y plazo para la devolución: si se ha prestado atención a lo dicho anteriormente y hemos definido con exactitud nuestras necesidades financieras, podremos escoger el importe y el plazo idóneos para hacer frente a las cuotas periódicas de una forma cómoda.
- Datos personales: generalmente se trata de lo dicho en cuanto a la necesidad de identificarnos y poder realizar una operación jurídica de contrato de préstamo. Todos los datos necesarios suelen ser los que vienen recogidos en nuestro DNI o documento de identificación similar (nombre, apellidos, dirección, NIF, etc.).
- Información de contacto: por otra parte, la entidad debe tener algún mecanismo para ofrecernos información adicional sobre el préstamo, estado de la solicitud, cualquier posible incidencia, aceptación o denegación del préstamo, etc. Por ello, en el formulario de solicitud suelen venir incorporados unos campos correspondientes al teléfono, correo electrónico, residencia, etc.
- Datos laborales: por datos laborales nos referimos al tipo de trabajo (empleado por cuenta ajena, trabajador autónomo, pensionista), la actividad laboral y el sector en el que se desarrolla, los estudios realizados, antigüedad en nuestro trabajo actual o ejerciendo la profesión escogida, la categoría laboral y otros datos relativos similares.
- Situación financiera: se debe informar a la entidad prestamista sobre cuál es el nivel de ingresos y gastos que tenemos actualmente, si se tienen que atender otros préstamos o cualquier reseña en este sentido (por ejemplo, si cobramos un alquiler por un inmueble que tenemos en propiedad).
Enviar la documentación requerida
Con fines de realizar las oportunas verificaciones en cuanto a la solvencia y capacidad de devolución del prestatario, las entidades de crédito suelen solicitar una serie de documentos.
Dicha documentación es contrastada, por lo que es realmente una mala idea tratar de ocultar algo o falsear datos.
Por otra parte, el tenerla preparada y conocerla de antemano es una muestra de seriedad y de control de la situación.
Una acción valorada por las entidades de crédito, que acorta los tiempos del proceso y que aporta peso al cliente en una posible negociación.
Una de las ventajas de los préstamos rápidos es la poca documentación requerida, lo cual no es sinónimo de que no se deba apoyar la información suministrada con algún tipo de prueba.
Como norma general, existen unos documentos mínimos necesarios solicitados por cualquier entidad prestamista. La documentación que siempre debes tener preparada es la siguiente:
- DNI: como es lógico, en todo contrato, las partes deben dejar constancia de sus datos. ¿Con quién se contrata? ¿A quién se debe reclamar en caso de impago o ante cualquier controversia? Los datos más elementales vienen recogidos en el documento acreditativo de identidad.
- Un extracto bancario: para comprobar los ingresos y cobros que tienes en tus cuentas, así como si tienes capacidad de ahorro. Esto es una prueba evidente de cómo gestionas tus finanzas y si tienes problemas financieros que impidan la devolución del préstamo.
- Documento de justificación de ingresos: otro asunto es la capacidad de conseguir ingresos regulares y a cuánto ascienden los mismos. Puede tratarse de las tres últimas nóminas, pensión, facturación (en caso de autónomos) o cualquier otro documento similar que acredite esta condición.
Es posible también encontrar préstamos rápidos sin que nos soliciten enviar ningún tipo de documentación.
Existen programas y aplicaciones que permiten verificar la información, gracias a las comunicaciones que nos proporcionan las nuevas tecnologías.
Una de las ventajas de los préstamos rápidos es la poca documentación que se requiere. En ocasiones, hasta todo se puede comprobar mediante aplicaciones informáticas y no es necesario el envío ningún documento.
Los análisis de solvencia y capacidad financiera del solicitante de un préstamo cada vez pueden realizarse de un modo más rápido.
Por este motivo, los préstamos rápidos son productos financieros que hasta hace unos años eran bastante más costosos, cuando no imposibles (debido a que el conceder un préstamo sin poder valorar al cliente suponía un elevado riesgo para la entidad).
Lectura y firma del contrato
El último paso para conseguir un préstamo rápido, una vez la entidad haya aceptado la solicitud realizada, es la comprobación de las condiciones que nos ofrecen y si efectivamente estas se ajustan a lo ofertado.
El cliente debe tener toda la información relativa al préstamo rápido antes de su contratación (a través del documento INE), con fines de tener capacidad de decisión en cuanto a si el producto financiero es idóneo a sus necesidades.
Posteriormente, en el contrato deben quedar plasmadas estas condiciones. Ante cualquier duda, podemos ponernos en contacto con la propia entidad.
Aunque la contratación se realice vía online, la entidad financiera nos debe remitir un contrato a nuestro correo electrónico. Es importante leer el contrato antes de firmarlo.
Una vez realizado este paso, se debe entregar a la entidad la copia del contrato firmada y, a todos los efectos, el préstamo está concedido. La entidad deberá proceder a dar la orden para que los fondos sean transferidos. Sólo faltaría esperar el ingreso del dinero en nuestra cuenta bancaria.
Debemos mencionar una cuestión jurídica: todo contrato de préstamo se formaliza con la entrega efectiva del dinero. Así pues, el préstamo tiene validez jurídica cuando recibamos los fondos (comienza el plazo para su devolución).
Resumen de los préstamos rápidos
Los préstamos rápidos se caracterizan por conseguir que los fondos estén disponibles en un período muy breve.
Los procesos de solicitud, entrega de documentación, estudio y aprobación se simplifican para alcanzar este objetivo. Posteriormente, las transferencias de dinero suelen ser urgentes.
En este sentido, los préstamos online suelen representar procesos más sencillos, cómodos y rápidos. El evitar colas, esperas, entrega de documentación personalmente hace de esta la más eficaz para el propósito de contratación y solicitud de préstamos rápidos.
¿Te queda alguna duda? Utiliza nuestro comparador de préstamos rápidos, y si no encuentras una oferta que encaje con tus necesidades, consúltanos y te orientaremos personalmente.