Quizá te preguntes por qué el banco ha rechazado tu solicitud de tarjeta de crédito.
Lo cierto es que pueden existir varios motivos de fondo que veremos a continuación. Pero todos ellos se resumen a uno: el banco considera que no cumples con ciertos requisitos que garanticen el cumplimiento del pago del crédito.
En este articulo te mostramos cuáles son estos requisitos y qué puedes hacer para mejorarlos.
¿Es interesante tener una tarjeta de crédito?
Quizás hayas oído hablar de que las tarjetas de crédito son uno de los productos bancarios más caros que existen. Esta afirmación es cierta si lo comparamos con otro tipo de financiación como préstamos e hipotecas.
Sin embargo, bien utilizada, una tarjeta de crédito puede aportarte muchas ventajas:
- Si financias tus compras, aquellas que harías normalmente y que sueles pagar en efectivo o con tarjeta de crédito (alimentación, combustible, etc.), mantendrás el dinero en tu cuenta. Si abonas las cantidades a final de mes, al final lo que consigue es un crédito a interés 0% que te concede el banco (al margen de las comisiones anuales).
- Las tarjetas de crédito suelen incorporar seguros de viaje, accidentes, robo, protección de compras.
- Muchas de ellas ofrecen ventajas, bonificaciones y descuentos en determinados comercios (como por ejemplo en gasolineras).
- En un momento determinado, que requiera cierta urgencia, puedes conseguir financiación (por ejemplo, la rotura de un electrodoméstico). Tienes la posibilidad de fraccionar los pagos si el importe es elevado (aunque tengas que pagar intereses, pero te salva de un apuro).
En realidad, una tarjeta de crédito no es ni buena ni mala: sólo es un plástico.
Un uso responsable de la misma puede serte de mucha utilidad. Por ello, si el banco rechaza tu solicitud de tarjeta de crédito, debes conocer los motivos y solventarlos.
¿Por qué el banco puede rechazar una solicitud de una tarjeta de crédito?
Una tarjeta de crédito es un instrumento de pago, con la particularidad de que está asociada a una línea de crédito. Es decir, el banco concede un crédito y puedes hacer uso de un dinero que no tienes en tu cuenta bancaria para realizar compras. Después, deberás liquidar ese saldo dispuesto y arreglar las cuentas con tu banco.
Lo más común es liquidar la deuda a final de mes, para renovar de nuevo el saldo de la tarjeta de crédito y poder utilizarlo (además, esta opción suele estar libre de intereses).
Sin embargo, también tienes la opción de fraccionar el pago. En este último caso, sí que te aplicarán un interés y tendrás un saldo inferior para utilizar, puesto que ya tienes una parte agotada del límite de crédito.
En cualquier caso, se trata de un crédito. A diferencia de las tarjetas de débito, una tarjeta de crédito representa un riesgo para la entidad bancaria (riesgo de impago por parte del titular). Por este motivo, si la entidad entiende que el riesgo es elevado, puede rechazar tu solicitud de tarjera de crédito.
Estas son las principales razones de porqué no puedes acceder a dicho crédito.
No tienes la documentación necesaria
Parece una cuestión sin importancia, pero las entidades bancarias prestan mucha atención a estos aspectos. Si no entregas bien los documentos que el banco solicita para tramitar la documentación o bien (peor todavía) intentas falsear alguno de ellos, pueden denegarte tu solicitud.
Aún así, suele ser el problema más sencillo de solucionar. Basta con tener preparado un dossier de negociación bancaria, con todos los documentos que pueden solicitarte para conseguir cualquier tipo de financiación.
El tenerlo todo preparado, actualizado y en orden, dará muestras de seguridad, organización y seriedad. De esta forma, estarás en mejor disposición para negociar una tarjeta de crédito.
No tienes los puntos suficientes
Las entidades bancarias valoran a sus clientes mediante un sistema de puntuación. Es posible que seas un buen cliente para tu banco, pero no seas de los que superan la rentabilidad media y, además, no tienes una elevada capacidad de solvencia.
Para conseguir la puntuación necesaria debes cumplir los requisitos que marca cada entidad. Es posible que no tengas la suficiente vinculación. Puede que, quizá domiciliando la nómina o contratando con la entidad cualquier producto, consigas superar la puntuación necesaria.
Tu antigüedad trabajando con el banco y el manejar tus finanzas con responsabilidad hacen también subir tu scoring.
No tienes una fuente de ingresos estable o suficiente
Es una de las razones más comunes por la cual deniegan las solicitudes de tarjetas de crédito. A fin de cuentas, el salario, pensión o fuente de ingresos recurrentes es una de las principales pruebas de si tienes o no tienes capacidad de pago suficiente como para concederte financiación.
En este aspecto, lo recomendable sería que demuestres tener unos ingresos fijos, lo más elevados posibles y una antigüedad laboral suficiente (el tipo de contrato y tu situación laboral también juega un papel importante). Los ingresos que no se declaran actúan en contra del solicitante en estos casos. El mejor consejo es que trates de justificar siempre tus ingresos.
Tienes un alto ratio de endeudamiento
En definitiva, aunque una persona tenga unos ingresos estables, regulares y elevados, si tiene un alto nivel de deuda (aunque la mantenga al día), su capacidad de devolución cae en picado.
Lo ideal sería que las cuotas de las deudas que tienes que asumir no superasen el 30% o 35% de tus ingresos mensuales. Así pues, si crees que tienes una alta cantidad de deuda, lo mejor que puedes hacer en estos casos es:
- Reducirla (decirlo es fácil, pero hay que hacer un esfuerzo en este sentido).
- Agruparla.
- Renegociarla para pagar unas cuotas mensuales más bajas.
Mantienes un historial crediticio negativo
Sin duda, es el peor escenario que podemos tener. Aquí si que tenemos poco margen de maniobra.
Si tienes deudas impagadas, estás inscrito en algún fichero de morosidad, como ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito) es verdaderamente difícil que cualquier entidad bancaria te conceda algún tipo de financiación.
La única solución en este sentido es liquidar las deudas (o por lo menos ponerlas al día). Pero de por sí será un aspecto negativo en tu historial que deberás justificar.
Lo ideal es que, si crees que no puedes hacer frente a tus deudas, intenta renegociarlas antes de dejarlas impagadas.
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