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Cómo planificar la jubilación después de la reforma del plan de pensiones

reforma del plan de pensiones

El Gobierno ha vuelto a dar un nuevo recorte fiscal a los planes de pensiones. El ejercicio 2020 fue el último en el cual los contribuyentes podían aportar hasta 8.000 € a los planes de pensiones individuales.

En 2021, el importe máximo para las aportaciones fue rebajado hasta los 2.000 €. Sin embargo, el frenazo fiscal no ha parado y de cara al año 2022, será sólo de 1.500 €.

En este contexto cabe preguntarse cómo puedes planificar la jubilación. A continuación, desde Credexia te damos unos tips.

¿Qué ha sucedido en los planes de pensiones?

Como norma general, los planes de pensiones son un producto financiero de ahorro de cara a la jubilación (y otras contingencias previstas en la normativa que los regula, como enfermedad grave, invalidez, etc.).

El ahorrador realizar una serie de aportaciones periódicas. Puede aportar las cantidades que considere oportunas, de acuerdo con su plan para la jubilación, pero hasta un límite establecido.

El problema reside en que ese límite ha vuelto a verse reducido y, para el ejercicio 2022 será sólo de 1.500 € anuales. Una vez superado ese límite no es posible aportar más ese mismo año.

Si el ahorrador realizase una serie de aportaciones superiores a los 1.500 € durante el año, debe retirarlas antes del 30 de junio del año siguiente. En caso contrario incurriría en una infracción administrativa que traería consigo penalizaciones.

¿Por qué el Gobierno decide rebajar las aportaciones máximas?

El Gobierno ha decidido esta medida debido a que los incentivos fiscales de los planes de pensiones, es decir, la posibilidad de deducir fiscalmente las aportaciones realizadas, benefician a los ahorradores con rentas más altas.

Por este motivo, desde los poderes ejecutivos prefieren darles mayor prioridad a los planes de pensiones colectivos (los de empresa), los cuales han visto aumentado el máximo de aportaciones hasta los 8.500 € anuales.

Según el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, los planes de pensiones de empresa son una de las claves para salvar el sistema de pensiones públicas. Por este motivo, desde el Gobierno prefieren priorizar estos productos frente a los planes de pensiones individuales.

El problema reside en que muchos ahorradores verán truncado su plan de ahorro a largo plazo y deben llevar a cabo una nueva estrategia.

¿Cómo planificar la jubilación después de la reforma?

Tener presentes los objetivos

¿Cuánto dinero te gustaría tener cuando te jubiles?

Lo más lógico es calcular alrededor de un 80% de los ingresos actuales que ahora percibes siendo un trabajador en activo. Este sería un objetivo realista, pero, también puedes optar por uno más ambicioso.

Como norma general, tras la jubilación se tienen menos gastos, por ello se realiza este cálculo. No obstante, lo más prudente es que hagas una previsión de los gastos que puedes tener (ten presente si es preciso que tengas que asumir costes de dependencia, medicinas, transporte público, hipoteca o alquiler, etc.).

Lo más natural es que comiences con tu plan para la jubilación desde joven, de esta forma te será más fácil cumplir con tus objetivos financieros. En todo caso, calcula el ahorro que necesitarás tener constituido cuando cumplas los 65 años, el que tienes actualmente y la edad que te falta para llegar.

Aunque también tienes que tener presente que el ahorro privado es un complemento a la pensión pública. Existen simuladores para determinar cuál puede ser tu pensión.

Una vez que tengas claro lo que puedes destinar cada mes para tu jubilación, los años que te faltan para llegar y el dinero que te gustaría tener cuando llegue ese momento, estás en disposición de determinar qué rentabilidad tienes que perseguir.

Ejemplo práctico

Aportando 1.500 € anuales a un plan de pensiones individual mixto que crece a una tasa anual compuesta del 4%, durante 20 años, el ahorro que puedes acumular alcanza los 44.667,12 €.

Si, percibes una pensión pública de unos 1.000 €, puedes complementarla con una renta adicional de unos 235 € mensuales durante 25 años (suponiendo que el dinero siga creciendo al 4% anual).

Realizar un presupuesto de las aportaciones anuales

La primera medida consiste en realizar un cálculo de cuánto dinero somos capaces de aportar al cabo de un año a un plan de pensiones. Para tal fin es necesario elaborar un presupuesto personal de ingresos y gastos.

La diferencia existente entre los ingresos y gastos mensuales se denomina “prima de ahorro” y esta cantidad es la que tenemos que tener en consideración para determinar qué parte estará destinada al ahorro a largo plazo (no toda la prima de ahorro estará destinada a la jubilación, también se debe contemplar en el presupuesto otras partidas de ahorro, como por ejemplo el fondo de reserva, el cambio de vehículo, etc.).

Para alcanzar el límite máximo de 1.500 € anuales, deberemos estar en disposición de aportar mensualmente al plan de pensiones unos 125 € al mes.

En caso de que puedas aportar menos, no tendrás problemas con la reforma de los planes de pensiones, pero puede que tengas que buscar una mayor rentabilidad para tus ahorros si quieres cumplir tus objetivos.

Lo importante en el ahorro a largo plazo es realizar una serie de aportaciones periódicas de forma sistemática. Después, deja al interés compuesto que trabaje para ti.

¿Y si necesito aportar más de 1.500 € para cubrir mis objetivos?

En caso de que tu prima de ahorro te permita realizar aportaciones a tu plan de jubilación superiores a los 1.500 € anuales, quizá debas diversificar tus ahorros en otros productos.

Los planes de pensiones individuales son el vehículo por excelencia para constituir el ahorro a largo plazo, sin embargo, también tienes a tu disposición otra serie de instrumentos capaces de ofrecerte rentabilidad:

  • Los depósitos bancarios: son productos sencillos y seguros. Por otra parte, no suelen generar una alta rentabilidad. Los intereses generados están sujetos a retención.
  • Los fondos de inversión: comparten muchas características con los planes de pensiones, aunque son productos muy distintos en términos fiscales. Las aportaciones hechas a los fondos de inversión no están sujetas a deducciones fiscales y puedes reembolsar el dinero en cualquier momento (no como lo planes de pensiones). En el momento de rescatar el dinero, sí que tienes que tributar, pero en la base imponible del ahorro (no en la general) y sólo por las plusvalías generadas.

En síntesis, la idea de los planes de pensiones era conseguir un diferimiento fiscal. En otras palabras, no pagar IRPF en el momento de aportar, para después, en el momento de reembolsarlos, tributar como un rendimiento del trabajo. Esta fórmula beneficia a las rentas más altas y por ello se han visto recortadas las aportaciones máximas.

Por este motivo, para planificar tu jubilación, tan sólo tienes que hacer números de cuánto dinero puedes ahorrar, durante cuantos años y cuál es tu objetivo.

En caso de que superes las aportaciones máximas permitidas, siempre puedes optar por otros vehículos de inversión paralelamente al plan de pensiones que puedas tener establecido.

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